sábado, 31 de marzo de 2007

El Ujier en la Iglesia

Hola queridos hermanos, que Dios les continúe bendiciendo (en su gracia lo hace cada día de nuestras vidas). El presente post tiene como objetivo el compartir con ustedes acerca de lo que es el ujier en la iglesia del Señor y la importancia del mismo al servicio de Dios. Para ello abordaremos lo relacionado a la definición y etimología de la palabra ujier que muchos usamos o estamos acostumbrados a oír pero que quizás no sabemos de donde proviene, además trataremos la figura del ujier dentro de la iglesia, su cuidadosa selección y preparación. Que Cristo nos guíe en este estudio por medio de su Santo Espíritu para edificación de su santa iglesia, amén.

El término ujier generalmente se usa para designar al portero de un palacio o tribunal. Antiguamente el ujier era un guardián, criado del Rey, que se situaba de pie delante de la puerta para cuidar que solo entrasen aquellas personas a quienes les era permitido por sus oficios u otros motivos e impedir la entrada a los que no tenían derecho a ella.

La palabra ujier tiene su origen en el francés huissier y en el español tomo inicialmente la forma usier. La voz francesa huis designaba la puerta, por tanto hussier se refería, como ya antes hemos mencionado; al portero.

En la Biblia no encontramos la palabra ujier, no existe. La palabra ujier es un término moderno para referirse al diácono, esta última palabra si la encontramos numerosas veces en el NT.

Diácono es una palabra proveniente del griego diavkono y significa siervo, asistente, ministro, servidor, que presta un servicio. Cabe destacar que diavkono es más frecuentemente traducida por siervo y ministro que diácono, es decir, se encuentra mayormente en la Biblia como siervo y ministro en vez de diácono. (Véase por ejemplo, Ef. 3:7 ; 1 Ts. 3:2).

Es necesario hermanos que tengamos en cuenta que el Nuevo Testamento fue escrito originalmente casi en su totalidad en griego y que en el proceso de traducción se ha hecho uso de otras palabras para referirse a la palabra original (en ocasiones varias palabras para una sola palabra original), en muy poco casos han ocurrido transliteraciones. (Como por ejemplo apóstol del griego apostolos, amén del griego amen , ángel del griego aggelos entre otros).

La palabra diácono denota tanto a un siervo que efectúa un trabajo servil (criado) como a un asistente que da servicio de buena voluntad. Si bien es cierto que el nombre diácono(s) se aplica generalmente a los siete que fueron elegidos para supervisar la distribución de los fondos de la iglesia en Hch. 6:3, no puede quedar restringido a ese servicio en particular. Esto quiere decir que el término aplica a cualquier servicio y no a un servicio específico.

Diácono es usado para referirse a Cristo (Ro. 15:8 ; Ga. 2:17), para referirse a Pablo y a otros (Col. 1:7,23,25), a los magistrados (Ro. 13:4) e incluso, el término llega a utilizarse para referirse a los mensajeros de Satanás (2 Co. 11:15). También a aquellos que predican y enseñan (1 Co. 3:5, se sugiere leer todas la citas para una mayor comprensión del tema).

El diácono (el ujier y en general el creyente) está llamado al servicio de los demás, para aliviar las necesidades de otros supliendo cosas necesarias para la vida (Ro. 15:25-27). No solo podemos servir a otros supliendo bienes materiales, también podemos hacerlo en lo espiritual, haciendo uso de lo que Dios ha puesto en cada uno de nosotros, compartiendo el conocimiento, exhortando, enseñando y ofreciendo lo relacionado con nuestra profesión, son muchas las maneras de realizar la función de servidor para la gloria de Dios.

Nuestro Señor Jesucristo dio ejemplo de servicio, no solo enseñando con palabras sino también con acciones. Quizás la mayoría de nosotros recordamos la vez en que Jesús lavo los pies de los discípulos (Jn 13:12-15) o también la exhortación al servicio que el Señor hace en Mt. 20:26-28.

Dios es quien nos capacita para la obra (2 Co. 3.5-6) así que nada debemos temer si se requiere de nuestro servicio.

Hasta este momento hemos estudiado sobre el diácono en la palabra con el fin de dejar en claro su íntima relación con lo que hoy día llamamos ujier dentro de la iglesia de Cristo y que este es sencillamente un servidor, es un ministro al servicio de Dios primeramente y colaborador del Pastor y la congregación. El creyente debe entonces comprender que es un verdadero honor servir como Ujier en la iglesia (Mt. 23:11-12).

Ahora, entrando ya a lo que familiarmente conocemos como Ujier (y comprendiendo que no es solo un simple portero de la iglesia o el que ayuda durante la ministración del Espírtu Santo a los pastores y líderes) tocaremos algunos puntos de importancia vinculados a su función.

El Ujier es el primero en saludar a una persona que asiste a la casa de oración, y por esta razón, es quien proyecta la primera impresión de la Iglesia. Es muy importante la labor del ujier en este punto ya que prepara la tierra para la siembra.

Un ujier que da la bienvenida con una sonrisa y un saludo de mano amistoso expresa alegría de estar en la casa de Dios y de recibir a un visitante o inclusive a un miembro de la iglesia. Estos gestos causan a su vez alegría en las personas que los reciben, motivandolos y en ocasiones reconfortandolos (¿ A cuántos no nos ha reconfortado el cordial saludo de un hermano al asistir a la iglesia?).

Las impresiones tanto buenas como malas son aquellas que se reciben cuando dos personas se encuentran. Si el ujier adopta una actitud desinteresada y poco cordial, aunque las personas entren al recinto, probablemente a logrado cerrarles las puertas espiritualmente. Una mala impresión puede afectar negativamente la disposición del visitante o del creyente a la adoración y puede llegar a tener tal impacto que aunque se hayan preparado los coros, himnos y la exposición de la Palabra con gran esmero para la gloria de Dios, todo esto quede sin efecto en la persona. Por esta razón reviste gran importancia tanto la selección como la preparación de los creyentes que se conviertan en aspirantes para desempeñarse como ujier.

¿Qué características o cualidades debe tener el creyente que aspira ser ujier?. La Palabra nos instruye sobre cómo deben ser los creyentes aspirantes a este ministerio. Hch 6:1-7 dice que deben ser "..varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría.."

¿Quienes deben seleccionar al ujier?. El Pastor junto con el líder del ministerio si ya existe en la congregación, son los más indicados para seleccionar a los ujieres. Esta selección debe realizarse de forma cuidadosa y no arbitrariamente debido a la importancia que reviste. Es recomendable disponer de varios ujieres, o al menos dos y el ministerio deberá ir creciendo proporcionalmente al crecimiento de la congregación.

Siempre deber haber un ujier disponible para acomodar a las personas en los asientos para evitar que caminen desatendidos por los pasillos. Como la función principal del ujier es servir y no en una tarea específica se pueden designar ujieres para diferentes labores acordes a las necesidades de congregación y al tamaño de la misma. El crecimiento de la iglesia hace necesario que exista una mejor y mayor organización originando áreas de servicio como pueden ser el cuidado y enseñanza de los niños, orientación temas diversos relativos a la vida de los creyentes (matrimonio, vida espiritual entre otros), capacitación secular del creyente entre otros.

La preparación del futuro ujier debe incluir no solo el aspecto bíblico expuesto anteriormente sino, además debe estar capacitado para el manejo de diferentes situaciones. Entre los aspectos recomendados encontramos, trabajo de equipo, liderazgo, inteligencia emocional, relaciones interpersonales. Recuerde que en la anterior publicación titulada Importancia de los principios bíblicos y el problema transcultural se instó a trabajar unidos como iglesia sin importar las diferencias entre congregaciones, esto garantiza el crecimiento y la edificación del pueblo de Dios. Si usted como líder considera necesario solicitar ayuda de otros lideres para capacitar a sus miembros, no dude en hacerlo y que la bendición ,el favor y la paz del Todopoderoso sea con ustedes. Amén

Gloria sea a nuestro Señor Jesucristo. Amén

domingo, 31 de diciembre de 2006

Importacia de los principios bíblicos y el problema transcultural

Hoy día es muy frecuente para los cristianos encontrarnos en situaciones en las que la Iglesia del Señor pareciera estar dividida a la hora de aplicar ciertos principios contenidos en la Palabra de Dios. Temas como el uso del velo por parte de las mujeres al orar (1 Co. 11:15) , el ósculo santo (Ro. 16:16) , la práctica de lavar los pies (Jn. 13:14) , entre otras, han podido generar confusión y controversias.
Todo esto se debe en parte, a que la iglesia apartándose del propósito que le ha sido dado por Dios, no ha sido capaz de aceptar y respestar las diferencias existentes entre congregaciones, formando así una gran muralla que les impide trabajar unidos para alcanzar dicho propósito (recordemos que ese fue el deseo de Cristo al orar por sus discípulos, que fuesen uno solo como Él y el Padre son uno Jn. 17:20-23) . Pero más específicamente el problema surge a la hora de interpretar los mandamientos bíblicos y no ser capaces de definir la forma en que estos aplican en nuestro tiempo y cultura.
Por esta razón cabe preguntar: ¿En qué grado un mandamiento esta condicionado culturalmente y deja de ser normativo para nosotros? ¿Cómo debemos aplicar los mandamientos? ¿Debemos llevarlos a nuestra cultura y tiempo sin tomar ningún tipo de consideración? ¿Pueden ser los mandamientos transformados de forma que se adapten a nuestro tiempo y cultura? ¿Cómo hacerlo?
Para responder a estas interrogantes será de gran importancia comprender que si bien la Palabra de Dios fue escrita bajo la guía del Espíritu Santo, también hombres hicieron uso de palabras condicionadas al lenguaje, formas de pensamiento y estilos literarios de los lugares y tiempos en que se escribieron. Esta afirmación se hace notoria al observar los evangelios en la biblia y la forma particular en que cada autor expone los sucesos relacionados con el ministerio y pasión de nuestro señor Jesucristo.
El hecho de que en la actualidad en la mayoría de las iglesias evangélicas podemos encontrar mujeres que predican, ministrando a pesar de que el apóstol Pablo declaró que el no permitía a la mujer enseñar o tener autoridad sobre el hombre (1 Tim. 2:12) es un ejemplo de como un mandamiento esta condicionado a la cultura (Hoy día vivimos en una sociedad donde las mujeres tienen una parcitipación activa y abierta en diferentes esferas, tendiendo a la igualdad).
Tengamos presente que vivimos en un mundo cambiante y con diversidad de culturas donde un comportamiento determinado puede tener distintos significados o incluso carecer de significado de una cultura a otra. Sin embargo confiamos en que Dios nos habla por medio de su palabra y que lo seguirá haciendo a pesar de estos cambios.
Otro aspecto de vital importancia en nuestro estudio de las escrituras y para este tema, es que los mandamientos bíblicos tienen dos componentes claramente diferenciables que son: la conducta específica y el principio que esta expresa. Ejemplo: el uso del velo al orar por parte de las mujer sería la conducta y el principio que esta quiere expresar es el de sumisión voluntaria.
Con todo lo anteriormente expuesto se hace necesario para los creyentes el poder determinar que principios bíblicos son culturales o transculturales. En el primer caso es posible que un principio determinado haya perdido significado al tratar de aplicarlo en nuestro tiempo y cultura mientras que en el segundo caso el principio se mantiene, no cambia.
Una forma de establecer si los principios son culturales o transculturales es la siguiente:
  1. Determinar la razón dada por el principio. Ejemplo: debemos amarnos unos a otros porque Dios nos amó primero (1 Jn 4:19).
  2. Si la razón de un principio es cultural, entonces el principio mismo también puede serlo. Si la razón se basa en la naturaleza inmutable de Dios (su amor, gracia, justicia, pureza u orden creador), es probable que el principio no cambie.

Podemos entonces considerar posibles alternativas a la hora de hacer aplicaciones culturales de los mandamientos bíblicos a fin de interpretarlos de la mejor forma posible. Teniendo en cuenta que un comportamiento determinado que tiene un significado en una cultura puede tener un significado distinto en otra, que debe tomarse en cuenta el contexto y que podría ser necesario cambiar la expresión de la conducta de un mandamiento para llevar el principio de una cultura y tiempo a otra, nos encontramos con las siguientes alternativas:

  1. Retener el principio y la conducta.
  2. Retener el principio sugiriendo un cambio en la conducta en nuestra cultura.
  3. Cambiar tanto el principio como la conducta.

Retomando nuevamente el ejemplo del uso del velo, tendríamos la siguientes alternativas:

  1. Retener tanto el principio de sumisión como su expresión por medio del uso del velo.
  2. Retener el principio de sumisión, pero sustituir el uso del velo por otra conducta que exprese más significativamente sumisión en nuestra cultura.
  3. Sustituir tanto el principio de sumisión como todas las expresiones de sumisión adoptando una postura mas igualitaria entre hombre y mujer, considerando que el concepto de jerarquía familiar esta condicionado a la cultura.

Si hacemos un análisis nos damos cuenta de que lo importante es que sepamos identificar el principio bíblico expresado por un mandamiento particular, y que una vez hecho esto podremos decidir si mantenemos la forma de expresar este principio o la cambiamos (Si aplicamos el mandamiento literalmente o no) al trasladarlo a nuestra realidad cultural. Es esto lo que se pretende enseñar por medio de este estudio.

Lo que no tendría sentido alguno queridos hermanos, es pretender aplicar literalmente un mandamiento cuando no entendemos el principio que se quiere expresar, esto porque estaríamos realizando una práctica sin cumplir realmente con lo que Dios quizo enseñarnos al darnos a conocer su voluntad. No tendría entonces sentido, por ejemplo, que una congregación decidiera adoptar el uso del velo por parte de la mujer si esta no cumple con el principio de sumisión reflejado en su comportamiento como tampoco tendría sentido que una congregación decida no usar el velo por verlo como algo de otra cultura sin hacer uso de otra practica que si cumpla con el principio. (Debemos en lo posible mantener, resguardar el principio que Dios quizo enseñar en sus mandamientos ya que es esto lo que nos permitirá cumplir con su voluntad).

Por último señalamos que si luego de un estudio cuidadoso no hemos podido determinar si un principio es cultural o transcultural, sera conveniente aplicarlo literalmente ya que sería mejor ser exagerado en nuestro deseo de obedecer a Dios que quebrantar sus mandamientos y hallarnos en desobediencia.

Queridos hermanos, es necesario que reflexionemos acerca de todo lo que se ha planteado orientada a la unidad de la iglesia ya que esto nos ayuda a comprender que en ocasiones la iglesia se divide sin razón, a veces por desconocimiento y a veces por no querer aceptar y respetar las diferencias. Si usted esta claro en cuanto a los principios bíblicos, mantenga su forma de doctrina, no la cambie, pero que no sea impedimento para trabajar unidos y cumplir con el propósito que fue dado a la iglesia.

Toda gloria y honra sea dada a nuestro Señor Jesucristo, que Dios les bendiga. Amén